En una sociedad globalizada
como la actual, los límites entre lo físico y lo material se diluyen, al igual
que las fronteras entre países. Esta es la razón de que sea cada vez más
necesario tener una mentalidad abierta y ser capaz de adaptarse a los cambios
del mercado, siempre con vistas a una expansión que puede llevarnos más allá
de nuestro país.
Tanto para elegir nuestros estudios y cómo enfocar nuestra
carrera profesional como para plantearnos el futuro de una empresa recién
nacida, actualmente hay que prepararse
para trabajar en entornos internacionales. Os damos las claves para el
éxito:
-Idiomas: Un
pilar básico es la comunicación, por lo que ser capaz de hablar en la lengua de
nuestros clientes o posibles inversores es fundamental. Evidentemente, no es
posible tener amplios conocimientos en todos los idiomas, por lo que os
aconsejamos contar siempre con un buen traductor o intérprete, especialmente
para documentos y contratos internacionales, así como para reuniones clave.
-Nuevas tecnologías:
Para que la comunicación de una red con puntos en diversos países sea fluida,
las nuevas tecnologías son básicas. Desde el marketing con vocación
internacional hasta estar conectado 24 horas para adaptarse a los horarios de
todas las personas con las que trabajamos son imprescindibles. Resolver un
problema rápido y con eficacia puede marcar la diferencia.
-Adaptabilidad:
El mundo es cada vez más global, pero las tradiciones siguen ahí. Códigos
culturales tan básicos como la manera de saludar a alguien en una reunión o el
color, forma o tamaño del packaging de nuestro producto pueden ser decisivos
para el éxito de nuestra empresa. Por ello, hay que conocer la cultura del
mercado al que nos dirigimos, para ser respetuosos y, sobre todo, entender a
nuestros clientes para darles el mejor servicio y crear lazos duraderos.
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